Seguramente te has preguntado cuál de esos aceites que ves en el supermercado es el que deberías comprar en pro de cuidar tu salud. Existen muchas teorías sobre los distintos tipos de aceites que hay en el mercado, entre ellos, que todos los “aceites vegetales” son totalmente saludables, cuando en realidad no es así. Sus beneficios se derivan principalmente por la cantidad y el tipo de grasa que tengan concentrada y de otros componentes que pueden ser nocivos para tu organismo. Lee con mucha atención este blog, donde te informaremos y aconsejaremos cuál de estos deberías adquirir (mira este video para saber más acerca de los tipos de grasa):
Tabla de contenidos
1. Aceite de canola
El aceite de canola es uno de los más comunes que puedes encontrar, este viene derivado de una planta llamada colza, principalmente de sus semillas. Su proceso de extracción, inicia con el calentamiento y presión de éstas, liberando componentes tóxicos desde el principio. Además de un componente especial que tiene este tipo de aceite llamado “ácido erúcico”, el cual es totalmente tóxico para nuestro organismo, donde el cáncer y las enfermedades autoinmunes pueden ser las protagonistas de nuestra vida.
2. Aceite de girasol
Éste, es tomado como una alternativa del aceite de oliva, pero a un precio mucho más cómodo. Se destaca por ser rico en Vitamina E, por tener un sabor suave y un punto de humo alto, beneficioso a la hora de cocinar. El problema está en un componente llamado “aldehído“, mucho más concentrado que en el aceite de oliva. Éste causa tumores, problemas neuronales y algunos tipos de cáncer. Además de ácidos grasos que también pueden ser letales.
3. Aceite de coco
Actualmente, el de coco ha sido muy nombrado en el mercado, pero no resaltan mucho la cantidad de grasas saturadas que contiene. Este tipo de grasas causan elevados niveles de colesterol y grasa en la sangre, por lo que no es tan aconsejable tener este tipo en la alacena ni abusar de su uso en la cocina. Existen mejores opciones, más beneficiosas.
4. Aceite de maíz
Esta opción, no es una muy buena alternativa al momento de freír y cocinar. Al igual que como sucede en el de coco, sus grasas saturadas y poliinsaturadas, son extremadamente concentradas y al momento de estar en altas temperaturas, libera aún más componentes tóxicos, perjudiciales para nuestra salud.
5. Aceite de oliva
Esta alternativa es muy reconocida a nivel mundial en cualquier punto de venta, y no es para más. Sin duda, el aceite de oliva es una de las mejores opciones para tu salud. Su cantidad mínima de grasas poliinsaturades y su alta concentración de grasas monoinsaturadas, ayudan a una buena salud cardiaca, a nivelar los niveles de colesterol, controlar la hipertensión arterial, y prevenir la diabetes. Aunque su precio puede ser un poco más elevado, valdrá siempre la pena para los beneficios frente a tu salud.
¿Ya sabes cuál de todos elegir?
Existen muchos otros tipos de aceite vegetal, pero recuerda, que sea vegetal no es sinónimo de saludable. Lee muy bien los beneficios y perjuicios que tienen sus componentes. La mayoría de veces el marketing que le imponen a estos productos no nos abre los ojos a lo que en realidad es. No permitas que algunos tipos de aceite contaminen tus comidas. Tú eres el único que decide qué consumir.
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